19 julio 2011

No te olvides. No sé bien de qué, pero no lo olvides. Déjame creer ciegamente que tú. Ya sé que no es necesario tanto dramatismo ni tanto posicionarse en los extremos. Pero sabes que exagerar es lo mío. Prometo no dejar que se me vaya de las manos y actuar con naturalidad. Pero tus manos en mi. Mi boca en tu. Sería horrible aguantarse las ganas si pensase que voy a "ganar", es cierto; es mejor dejarlo así, sin tocar nada, como pendiendo en el aire y algo que se sabe presente pero no se presenta como certeza.
Si fuera un gato te clavaría las garras y me enroscaría entre tus piernas a modo yoestoyaquíparaprotegerte. "Ovillate a mi lado como si tuvieras miedo". (Adoro esa frase). Si no fueras un suspiro de alivio entre tanto grito, podría. Eres peor que la droga más dura. Y este es el peor texto que he escrito en mi vida, pero estás a 10235.03 . (puntos) de distancia y es perfectamente entendible que el vértigo distorsione las ideas. También puede que sea cosa de las tres cervezas consecutivas que me he metido entre pecho y espalda hace un rato y que ahora mismo corren burbujeando por mis venas. No sé, me da igual. Esto es solo una forma de expresar lo contrario de echar de más.

Dime que no es precioso que te quieran bonito. Venga, dilo si lo piensas y te atreves. Aunque sea requisito indispensable en mi hora de escribir. Es como un ingrediente que siempre tendrías necesidad de usar en la cocina si fueras cocinera. Pues si no estiro este sentimiento liviano hasta el fin de la posibilidad de la extensión infinita, no puedo escribir. Creo que llevo demasiado tiempo buscando ese dejarse ir irrefrenable muriéndome de amor. Me faltaba ese impulso que me llevara a derramar las letras, aunque fuera desordenado. Me encanta escribir desordenado, sobre . y ya estaba empezando a tardar.

Menudo caos acabo de montar ahí arriba (prometo solventarlo pronto, de veras).

No hay comentarios:

Publicar un comentario