29 junio 2011
28 junio 2011
Preludio.
18 junio 2011
Siete.
Me gustaría que no sonara dramático decir que han sido unos días jodidos. You just gotta let it go -dicen Eels-. Pero cómo. Llevo días intentando buscar una solución. No, mentira, llevo días buscando la manera de que sea posible que exista alguna. Y todas me llevan al mismo camino. Eres libre y llegarás lejos. Tienes paciencia, sobre todo, porque eres plenamente consciente de ello. Me hubiera gustado compartir eso contigo. Por un momento pensé que, ¿sabes?. He sido feliz, mucho. Ha sido divertido. Intento tomármelo con calma, pero reconozco que me asusta un poco todo esto. La situación, la conversación y eso. Verte cada día es como restar uno, y no me gusta. Quiero tu sonrisa del primer día. Quiero tu sonrisa de antes de que nosébienelqué desmontara todo esto. Me asusta mirarte. Me asusta hacerlo porque mirarte a los ojos es sentirte lejos. Mirarte es decirte adiós.
Necesito saber que vas a recordarme. Necesito saber que durante un instante pensaste en quedarte, al menos. He intentando hacerlo lo mejor posible, lo prometo. Lo siento si no supe lidiar con la situación y perdí los nervios. Eres un poco complicada y no me has pillado en la mejor de mis etapas, has podido conmigo. Es porque me importas. O al menos así era antes, porque ahora tengo que aprender a que me seas indiferente. Y no me gusta. Me importas y tengo los sentimientos a flor de piel. Hacer el amor contigo es arte, es arte carnal, visceral. Me gustaría poder encontrar las palabras y convencerte para que. Pero no puedo malgastar más fuerzas, porque en el fondo sé que no existen. Tú no existes. Y de ausente, me aturdes. Sé que tengo que decirte adiós, pero no sé hacerlo de una forma sana. Déjame decirlo sin tener que masticar este sabor a hierro oxidado entre los dientes, sin saborear lo amargo en las palabras de lo poco que me queda de ti. Déjame decirte adiós sin que este vacío se apodere de mi estómago. Déjame decir adiós con la certeza de un regreso. Déjame saber que vuelves, algún día, sea cuando sea. No te espero, pero déjame poder llegar a decir algún día que fue precioso conocerte.
15 junio 2011
13 junio 2011
12 junio 2011
Cualquier situación se torna demasiado amarga últimamente. Dime que me entiendes, soy una enamorada empedernida del amor y de las cosas bonitas [esto es algo común, creo (al menos escribir como si fuese tal cosa)]. Pasar tiempo contigo lo era demasiado como para no echarlo en falta, qué menos, ¿no?. Tener que echarte de menos a ti no entraba en mis planes, tampoco. Que me resultara complicado, menos aún. Ayúdame a re-hacerlo fácil, por favor. No es cuestión de pedir nada, ni de esperar que. Sólo que me gusta que estés, a secas, aunque vengas en pequeñas dosis. Mis intenciones no eran, ni mucho menos, acaparar ni hacer que te sintieras atrapada. Sé que tienes ansias de vida, de volar alto, que eres un espíritu libre y que nada puede detenerte. Me gusta observar eso. Me encanta y sé que llegarás superlejos. Creo que jamás me he interpuesto ni he coartado tu libertad -no pasaría esa idea por mi cabeza nunca-. Lo he sabido desde el principio y lo he respetado como nadie. Aún así, me gusta cuidarte, aunque no precises de nadie que lo haga, pero me gusta hacerlo, porque sí. Solo quise decir que estaría mucho mejor si fuera algo compartido. Que luego sé que es culpa mía tener que estar de esta forma y pasar por todo eso. No era mi intención, te lo juro, pero han sido las circunstancias y el no saber decir NO. El no haber querido pronunciarlo más que cuando se trataba de la misma pregunta retórica una y otra vez: ¿y por qué no?. Mira hacia donde me han llevado los yporquéno.
Que dejar caer alguna caricia de vez en cuando nunca está de más. No soporto los abrazos rotos.
De tanta sencillez que encerraba en sí mismo, era precioso; no quisimos menos pero hemos acabado echando de más. Que no se te extravíe tu manera de abrazarme .
Que dejar caer alguna caricia de vez en cuando nunca está de más. No soporto los abrazos rotos.
De tanta sencillez que encerraba en sí mismo, era precioso; no quisimos menos pero hemos acabado echando de más. Que no se te extravíe tu manera de abrazarme .
11 junio 2011
Con esto quiero decir que no pasa nada, ¿sabes?. No se va a acabar el mundo si no apuras hasta los restos de los restos del último dedo de cerveza o si no le das la última calada al cigarrillo antes de tirarlo. Que no pasa nada, joder. Se entiende como terminado mucho antes de llegar a ello -hacia su mitad aproximadamente, diría yo-, todas sus partes tienen un destino común; y tomar ese último pedazo de cualquiercosaaloqueapliquemosesta"teoría" es como despedirse. Vale, despedirse suena un poco exagerado. Pero de todas formas, dime, a quién le gustan las despedidas.
Lo que venía a decir con todo esto (maldita paráfrasis), es que no tienes que apurar hasta el último segundo, ¿entiendes?. Ya no existe, dejó de ser mucho antes. Y cuanto más te obceques en acabar la parte anterior para llegar hasta ese último puñetero trozo para decidir si te lo comes o no, antes te darás cuenta de que se acaba, porque.
Deja los malditos extremos de una vez. De llegar con prisas al final de todo. Déjalo estar.
07 junio 2011
06 junio 2011
Te escucho. Te entiendo. Al menos quiero hacerlo, quiero entenderte, de veras. Pero también quiero callarnos y que no exista este tema de conversación, sin tocar nada, sin mover un sólo dedo. Corremos peligro de derrumbe. Se me ocurriría decirte por qué no te dejas ser feliz, por ejemplo. No sé. Me bloquea un poco todo esto, para mí tampoco es fácil; a veces lo veo tan grande y tan cierto que me entra el pánico sólo de imaginar que también es propenso a desvanecerse. Como tú a ratos, que no estás. O que de verdad existe, da igual, asusta en la misma medida. Han roto demasiadas realidades aquí delante últimamente. Déjalo estar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)