26 julio 2011

Llevo cinco días escapando del tiempo, y si dejo que me alcance no quiero ni pensar qué podría ocurrir. Lo sé, no es bueno evadirse de aquello que nos quita el sueño ni tampoco evitar pensar en lo que nos carcome como placebo inmediato de la tranquilidad plena interior. Pero no puedo. Te echo mucho de menos, no tanto física como emocionalmente. Compartir contigo, aparte de todo lo demás. No quiero sentir qué es volver a casa y que me arañe tu ausencia.

Quiero decir, cualquiera que conozca esta historia y lea esto pensará que estoy exagerando, pero sabes que a mí no se me puede pedir que explique esta manera de. Soy así, forma parte de mi yo y tratar de cambiar eso sería como bombardear mi personalidad (o borrar con goma Milán las ideas de mi libreta; qué horror, no quiero ni pensarlo).

Solo quería que supieras (si pasas por aquí) que reviento de ganas por saber de ti. Por encontrarte un día de casualidad y verte al otro lado de mi pantalla con un abrigo hasta el cuello y la nariz colorada de frío, pero con esa mirada que seguro jamás de los jamases veré apagarse. Deseo que todo vaya genial, que te empieces a sentir un poco "como en casa", que las cosas sigan llegando bien a su final aunque el curso de lo intermedio sea un caos autoprefabricado. Que si alguna vez tienes ganas de volver solo sea por todo lo bueno que te espera aquí y no por malas experiencias allá lejos. Madre mía, es que estás a tantas canciones de distancia...

Dame señales cuando te acuerdes de mí y mi nombre haya cruzado fugazmente tu cabeza, no sabes cómo de feliz me haría eso. Aunque sean noticias express, pero yo qué sé. poco es mejor que nada, ¿no?. Y me conformo con una breve caricia desde lo lejos. Yo tengo que reconocer que intento pensarte lo menos posible, y a veces me sorprendo a mí misma cuando caigo en que hace bastante tiempo que no se me viene tu nombre a la cabeza. Pero es justo para mí, supongo, y creo también que es la forma más madura en que puedo tomarme esto; te prometo que contigo siempre he intentado hacer las cosas bien. Por último, que sepas que echo en falta tu sonrisa, y trato. por encima de todo, de no perder la calma aquí lejos de casa y sin tener un salvavidas con el que salir a flote y sentirme segura (no sabes todo lo que tengo ya para contarte, he pensado en comenzar a escribir un diario, pero no quiero, contigo me gusta compartir palabras, y esperaré los meses que hagan falta para que nos ahoguemos con las prisas que tomemos para contarnos todo lo que hayamos vivido -y crecido- durante este tiempo). Cuidate, recuérdame intercalada entre buenos momentos y reune mil historias y paisajes y lugares y costumbres y culturas y gentes y recuerdos que contarme. Ojalá a la vuelta te detengas a tumbarte un solo día en el que fue tu lado de mi cama y te emociones relatándome todo eso. Disfruta, leona, te has ganado esta increíble historia que contar.

23 julio 2011

De retirada espiritual, volveré pronto.

19 julio 2011

No te olvides. No sé bien de qué, pero no lo olvides. Déjame creer ciegamente que tú. Ya sé que no es necesario tanto dramatismo ni tanto posicionarse en los extremos. Pero sabes que exagerar es lo mío. Prometo no dejar que se me vaya de las manos y actuar con naturalidad. Pero tus manos en mi. Mi boca en tu. Sería horrible aguantarse las ganas si pensase que voy a "ganar", es cierto; es mejor dejarlo así, sin tocar nada, como pendiendo en el aire y algo que se sabe presente pero no se presenta como certeza.
Si fuera un gato te clavaría las garras y me enroscaría entre tus piernas a modo yoestoyaquíparaprotegerte. "Ovillate a mi lado como si tuvieras miedo". (Adoro esa frase). Si no fueras un suspiro de alivio entre tanto grito, podría. Eres peor que la droga más dura. Y este es el peor texto que he escrito en mi vida, pero estás a 10235.03 . (puntos) de distancia y es perfectamente entendible que el vértigo distorsione las ideas. También puede que sea cosa de las tres cervezas consecutivas que me he metido entre pecho y espalda hace un rato y que ahora mismo corren burbujeando por mis venas. No sé, me da igual. Esto es solo una forma de expresar lo contrario de echar de más.

Dime que no es precioso que te quieran bonito. Venga, dilo si lo piensas y te atreves. Aunque sea requisito indispensable en mi hora de escribir. Es como un ingrediente que siempre tendrías necesidad de usar en la cocina si fueras cocinera. Pues si no estiro este sentimiento liviano hasta el fin de la posibilidad de la extensión infinita, no puedo escribir. Creo que llevo demasiado tiempo buscando ese dejarse ir irrefrenable muriéndome de amor. Me faltaba ese impulso que me llevara a derramar las letras, aunque fuera desordenado. Me encanta escribir desordenado, sobre . y ya estaba empezando a tardar.

Menudo caos acabo de montar ahí arriba (prometo solventarlo pronto, de veras).

15 julio 2011

Te voy a echar muchísimo de menos, me cago en la puta.
Sé que verdaderamente no te importará esto que voy a contarte, pero tenía unas ganas horribles de hacerlo desde esta mañana: he estado cambiando la habitación desde hace un par de días, he quitado una de las camas y vamos a comprar una de metro-quince. He pintado las paredes también. Ayer por la tarde pasé por una tienda de pintura y les pedí que me aconsejaran; acabé eligiendo un azul eléctrico. Es curioso, no lo pensé hasta que llegué a casa: me recordó a ti, a tu vieja camiseta que no te quitarías ni aunque te pagaran por ello. Y el cuadro que empecé a dibujarte, ¿recuerdas?. Lleva dos años reinando en el caballete que tengo a la entrada de la habitación y en ocasiones pienso que es un estorbo, pero no soy capaz de quitarlo de ahí en medio. Ahora parece que las paredes lleven tu nombre, y no es justo, no es justo que sigas presente tantos años más tarde.
Algo que también me descolocó un poco fue cuando me subí al taburete de madera para quitar una de las baldas de al lado de la ventana. Estuviste atornillando conmigo la misma hace un par de veranos, por estas fechas. La capitana vino a ver si necesitábamos ayuda ahí en lo alto y de pasó preguntó que si sabíamos qué significaban aquellas tres cifras que empezaban a aparecer pintadas por todas partes y, desde hacía un par de días, en las paredes del edificio de enfrente. Recuerdo que nos lanzamos una mirada producto de miedo mezclado ligeramente con confusión. Nos pusimos nerviosas, se tuvo que notar bastante, seguro. Y he de reconocer que hace eones que no notaba que mi inteligencia se dilatara tanto, diera tanto de sí. En aquel momento se me ocurrió lo más ingenioso que podría haber salido de boca de nadie, pues ella sabía que al fin y al cabo nos perdía la música, así que creo que fue una respuesta totalmente válida. Me he (son)reído recordando aquella situación montones de veces. Todo lo que recuerdo después de eso es que te fuiste, y ahora parece como si por aquel entonces, no volviese a saber de ti durante meses hasta que un día coincidiéramos, al menos en apariencia física, porque creo que tú y yo nunca volvimos a ser las mismas. Nos habíamos desencontrado por completo y aun no hemos regresado de allí a día de hoy. Es increíble lo que puede llegar a cambiar una persona cuando se pierde el contacto con ella. Bueno, imagino que lo que cambia realmente es la percepción, cambia nuestro punto de vista y la forma que tenemos de ver las cosas, es madurar. Pero no es eso a lo que me refiero exactamente, era una sensación extraña: era mirarte y parecer que no fueras tú en absoluto, que jamás hubiéramos cruzado siquiera un par de palabras antes de aquel instante.

Hace dos días que se hizo el último agujero y entonces empezó a salir todo a borbotones. Sufro de un ataque de sinceridad incontrolable. Me senté con la capitana a hablar hasta haberlo soltado todo. Le expliqué mis miedos, mis enfrentamientos internos, le expliqué mi forma de ver las cosas (o al menos le hice entender cuan diferente me siento). Me asustaba su mirada, no era capaz de mantenerla y me limité a clavarla en el suelo durante toda la conversación.

(...)

12 julio 2011

+

Eres como un muro infranqueable.

11 julio 2011

Terminará por atravesarme, pero bajo ninguna circunstancia debería volver a ir a buscarte, me niego a seguir dilatando las ganas. Me las estás destrozando. Parece que esta es la única forma de (in)comunicarme contigo, así que lo más que puedo decir es que ya basta, deja de actuar así, joder. Estoy aquí, donde siempre. Si eres tan valiente para dejar entrar en tu vida a las personas de esa forma, demuestra que no eres ni la mitad de cobarde siquiera para echarlas de ella. O me quieres cerca o no me quieras. Pero corta esta maldita incertidumbre por saber de qué forma cuento en tu vida. No es justo, da alguna jodida señal.

09 julio 2011


Cualquier intento por mantenerte cerca es alejarte más.
Créeme, ojalá pudiera borrarte.

08 julio 2011

Postlude.

Más vale un retroceso a tiempo que un avance desastroso.
Yo ya estoy bastante lejos.

07 julio 2011

Alejandra Pizarnik

dice que no sabe del miedo de la muerte del amor
dice que tiene miedo de la muerte del amor
dice que el amor es muerte es miedo
dice que la muerte es miedo es amor
dice que no sabe

04 julio 2011

inefable. necesito escapar de todo esto.

03 julio 2011

Y vuelta a empezar. Nunca es tarde para dejar cierto margen a los buenos comienzos.

Empieza a resultar bastante aburrido escribir en primera persona. Siempre fui más de perderme entre pretéritos e historias de terceros. Bueno, habrá que volver a jugar con el tiempo en no-contra.

02 julio 2011

Que nadie pueda decir que yo no lo he intentado.